¿Qué es el Krill y para qué se utiliza?
El Krill es un pequeño crustáceo que vive en las frías y limpias aguas de la Antártida. El aceite obtenido de él tiene un alto contenido en ácidos Omega-3 que se encuentran en forma de fosfolípidos. Por tanto estos son solubles en agua y más eficaces, ya que nuestro organismo los asimila mucho mejor que los ácidos grasos Omega-3, procedentes de aceite de pescado y unidos a triglicéridos.
El aceite de Krill no necesita aditivos porque ya contiene Astaxantina, el pigmento que le confiere el color rojizo al krill. Este componente del krill actúa como antioxidante natural y aporta estabilidad.
Demostrado: el aceite de krill funciona mejor.
Para valorar la eficacia del aceite de krill se realizó un estudio con pacientes con alto riesgo de eCv (enfermedades Cardiovasculares).
Tras 8 semanas tomando 2 gramos diarios de aceite de pescado de la marca Lipokrill, se observó un incremento altísimo del índice de Omega-3 en la sangre. Un dato determinante para afirmar que los Omega-3 procedentes del aceite de krill funcionan mejor, porque pasan perfectamente del intestino al torrente sanguíneo y son incorporados a las células. La dieta actual tiene un aporte bajo de ácidos grasos poliinsaturados y puesto que el organismo humano no puede sintetizarlos, puede ser recomendable complementarla.